La piel es nuestro escudo diario. Nos protege del sol, del viento, de la contaminación… y, sin embargo, muchas veces somos nosotros quienes la agredimos sin saberlo. En la Farmacia Sánchez Romero, como expertos en cuidado dermofacial, lo vemos a diario: personas con piel sensible, apagada o envejecida prematuramente que no entienden qué están haciendo mal. Hoy te contamos algunos hábitos cotidianos que pueden estar dañando tu piel sin que te des cuenta, y cómo puedes empezar a cuidar de ella con pequeños cambios.
1. Dormir con maquillaje
Puede parecer inofensivo si lo haces de vez en cuando, pero dejar restos de maquillaje durante la noche impide que la piel respire y se regenere correctamente. Además, obstruye los poros y favorece la aparición de granitos y puntos negros.
Solución: Haz de la limpieza facial un ritual diario, como lavarte los dientes. Tu piel te lo agradecerá cada mañana.
2. No usar protección solar a diario
Muchas personas creen que el protector solar es solo para la playa. Sin embargo, el sol también actúa en días nublados, y los daños acumulativos que provoca (como manchas o arrugas) no se ven de inmediato, pero aparecen con los años.
3. Tocarte la cara constantemente
Apoyar la barbilla en las manos, rascarse o tocar granitos puede parecer una manía sin importancia, pero nuestras manos acumulan bacterias y suciedad que luego trasladamos al rostro. Esto puede desencadenar irritaciones, infecciones o brotes de acné.
Consejo de confianza: Mantén las manos limpias y sé consciente de estos gestos repetitivos. ¡Tu piel lo nota!
4. Duchas largas y con agua muy caliente
Aunque una ducha caliente puede ser un placer, el exceso de temperatura y la duración prolongada eliminan los aceites naturales que protegen la piel. Esto provoca sequedad, picor e incluso descamación.
¿La clave? Agua templada y no más de 10 minutos bajo el chorro. Y si después aplicas una hidratación adecuada, mejor que mejor.
5. Dieta pobre en nutrientes
Lo que comes también se refleja en tu piel. Una alimentación rica en azúcares, grasas saturadas y alimentos ultraprocesados puede favorecer la inflamación, los brotes de acné y la pérdida de luminosidad.
Una piel sana empieza desde dentro. En Barbate tenemos la suerte de contar con una dieta mediterránea fabulosa. Aprovéchala: pescado fresco, frutas, verduras y agua abundante son tus grandes aliados.
6. No dormir lo suficiente
Durante el sueño, la piel se regenera. Si duermes poco o mal, ese proceso se interrumpe, y al día siguiente notarás tu rostro más apagado, con ojeras y líneas marcadas.
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Haz de tu descanso una prioridad si quieres que tu piel luzca viva y saludable.
Cuidar la piel no requiere fórmulas mágicas, sino consciencia y constancia. Evitar estos hábitos es un primer paso fundamental para mantenerla sana y radiante a cualquier edad.
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